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29 de marzo de 2019 | Mérida, Yucatán, México | Psic. E. Edith Ruiz de Espinoza para Conectadas

 

Las señales sirven para informar, advertir y recordar algo de importancia. Referente a esto, se cuenta la siguiente anécdota. El capitán del barco miraba a lo lejos luces tenues en la oscuridad de la noche. De inmediato ordenó a su guardavía enviar el siguiente mensaje: “Altere su rumbo diez grados hacia el sur”. Enseguida, fue recibida la réplica: “Altere el suyo diez grados hacia el norte”. Se enfadó el capitán, ya que su comando había sido ignorado. Así pues, mandó un segundo mensaje: “Yo soy el capitán. Altere su rumbo diez grados hacia el sur”. Al ratito, vino la respuesta: “Yo soy el marinero tercera clase Martínez. Altere su rumbo diez grados hacia el norte”. Pensando infundir temor, el capitán respondió: “Estoy al mando de un buque de guerra”, a lo cual el marinero contestó: “Y yo estoy al mando de un faro”.

 Una anécdota aleccionadora, ¿no te parece? ¿Cuántas veces hemos ignorado alguna señal, con la pretensión de creer saber más? Otras veces olvidamos las señales y como consecuencia hemos tenido que pasar por diferentes problemáticas o accidentes.

En la Biblia se registran situaciones en que se usaron diferentes señales. Me referiré a la que se encuentra en Núm. 15:38-40. Dios habla a Moisés para que este, a su vez, recomiende a los hijos de Israel que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos y en cada franja poner “un cordón de azul”. Este cordón serviría como señal para “recordar” los mandamientos de Dios.

LAS SEÑALES SE APRENDEN, PERO TAMBIÉN SE TRANSMITEN.

 Aprender es primordial, transmitir de manera correcta es imprescindible. En el mundo actual, caótico, y desvalorizado, ¿qué transmitimos? y ¿cómo lo hacemos? Las cuestiones que has aprendido en tu vida, lo que eres, lo que haces y lo que traes de tu pasado son aspectos clave, porque los modelos se aprenden y también se transmiten. Todo este bagaje se personifica en ti, y a su vez lo transmites consciente o inconscientemente a los que te rodean. De manera específica, si eres madre lo transmites a tus hijos. ¿Qué señales estás perpetuando en ellos? ¿Valores tales como humildad, gratitud, paciencia, esfuerzo, felicidad? ¿O cosas contrarias a esto? Si el modelo que has transmitido ha sido negativo, recuerda que siempre se puede “reaprender”. Envía señales que se perpetúen, señales que queden grabadas y que, a su vez, se reproduzcan. Que se acuerden de tu “cordón de azul”.

 LAS SEÑALES SON UNA PRIORIDAD O SON IGNORADAS.

El “cordón de azul” debía estar siempre en el vestido de cada israelita; dependía de él ignorarlo o que fuera la prioridad de su vida.

Si analizamos el tiempo en que vivimos, vemos que los roles de la mujer son polifacéticos. La prisa es un estilo de vida, todo ahora es “ligth”, “comida rápida” y “correr para todo”. ¡Justo aquí se puede cambiar el orden de las prioridades! Las señales que debemos advertir son diversas, tales como encontrar a niños con obesidad, la mayor incidencia de enfermedades terminales, la falta de comunicación eficaz en la familia y más. La pregunta sería: ¿cuál es el orden de tus prioridades?

Permíteme sugerirte que tu prioridad como madre es quedarte con tu hijo hasta que haya cumplido su educación vital en casa; tu prioridad como esposa es mantener una atmósfera cálida en casa junto con tu esposo; tu prioridad como amiga, hija, cristiana ¿qué conlleva? Dios nos da señales para vivir mejor, nos dice que las recordemos para vivir bien. Día a día nos manda señales, avisos, advertencias de qué es lo mejor y lo más importante; pero en muchas ocasiones podemos ignorar esas señales, y meternos en problemas con los hijos, con nuestro cónyuge o en las relaciones con los demás. Procurar tener tus prioridades en el orden correcto te mantendrá atenta para visualizar mejor las señales y evitar ignorarlas.

CUÁLES SERÁN LAS SEÑALES DE TU TRIUNFO

En concursos o campeonatos de cualquier tipo, cuando algún equipo ha ganado recibe una medalla colgada de un listón. O quizá una guirnalda de flores como señal de victoria.

Tu vida no es un concurso ni un campeonato, es una carrera, la carrera de la vida. Son muchos los obstáculos que se tienen que sortear, tales como adversidades, pruebas y tentaciones. Esta carrera no es para compararte con los demás compañeros y ganarles, es para ti misma, para superar tus propios obstáculos.

¿Cuáles son entonces las señales de una mujer que triunfó en esta carrera, pese a sus caídas? Las siguientes características pueden ser las mejores evidencias:

Decidida: hacer hasta lo imposible por ser una mejor mujer cada día, en todas tus esferas. Con la capacidad de crear escenarios mejores, que actúa y convierte sus sueños en acciones.

Conserva sus valores siempre. En un mundo dominado por tantas distracciones, esta mujer sabe lo que debe dominar su vida.

Deja huella positiva. Los que vengan después podrán ver su “cordón de azul” e imitarla.

El versículo 39 de Números 15 menciona que, al acordarnos de los mandamientos, no miremos en pos de nuestro corazón, ni de nuestros ojos, porque éstos nos pueden prostituir. Debes cuidar las avenidas de tu alma: lo que ves, lo que escuchas, lo que hablas, lo que hueles y lo que piensas. Acordarte de guardar los mandamientos -esas señales- y ser santos para Dios, es decir, “apartados”.

Dios quiere apartarnos para darnos una vida mejor, de continuo crecimiento. Él ya dio las señales, ahora te toca a ti recordar, colocar y trasmitir tu “cordón de azul”.